lunes, 24 de junio de 2013

Nuevos hallazgos arqueológicos en los alrededores de la torre funeraria de Sant Josep, en Villajoyosa.



Francisco Amillo


Queridos amigos de AGORABÉN:  diversos medios de comunicación (ABC, La Verdad, Información, etc.) han publicado los resultados de las excavaciones que se están llevando a cabo en la Torre de Sant Jopep de Villajoyosa, sobre la que ya había informado en este blog (http://agoraben.blogspot.com.es/2013/02/hallan-un-fetoromano-en-la-torre-de.html).

En esta campaña arqueológica se ha averiguado que la tumba estaba ubicada dentro de un recinto funerario rectangular que la rodeaba. 
Este recinto estaba excavado en el suelo a un metro de profundidad y contenía la tierra circundante, más alta, mediante un muro de hormigón. Esto permite deducir que la torre era algo más alta, siendo la torre funeraria romana más alta de Hispania, ya que según los excavadores medía como un edificio actual de cuatro plantas.



Junto al muro de hormigón, en el exterior del recinto ha aparecido una balsa  con restos de piedras, argamasa de cal y trozos hincados de grandes vasijas de cerámica. La balsa mide cerca de un metro de lado por unos treinta centímetros de profundidad. Se utilizó como artesa para amasar el hormigón (arena, cal, grava y agua) de los cimientos de la torre y del propio muro que la rodeaba. Se trata, nos dicen sus descubridores, de un resto arqueológico poco habitual. Cuando acabaron las obras, la balsa se tapó con tierra y restos de cerámicas que datan de una fecha posterior al 150 d.C. Este hecho permite fechar la torre y coincide con el momento en el que, según algunos expertos, se construyó dicho monumento, “una de las joyas de la arqueología valenciana”.

1 comentario:

  1. Varias cosas, querido Paco, la primera que me ha encantado el mito de Filemón y Baucis: no solo los niños necesitan que les cuenten historias, los adultos también los necesitamos para atemperar los miedos, para explicarnos, para desear finales felices. No creo que la edad, por muy escépticos que nos haga, cambie esa condición humana que necesita del relato (simbólico) para contarnos nuestra historia y exorcizar lo que nos asusta. este deseo de los esposos que reciben recompensa por su generosidad hospitalaria y que mueren juntos, nos es común creo que a muchos.
    Recuerdo que cuando leí Las metamorfosis (era muy joven) me llamaba especialmente la atención las muchas ocasiones en que los seres humanos se transformaban en árboles. Ahora quizá entiendo un poco mejor, no el significado pero sí la emoción, gracias a tu lectura y narración: no es rigidez en lo que se transforma la materia de nuestro cuerpo, sino esa forma maravillosa en la que las hojas vuelven en el deseo del amor, entremezcladas entre los esposos.
    Te agradezco mucho (y conmigo estoy segura que muchos más) estas hermosas interpretaciones que nos devuelven ecos de la memoria afectiva, y refrescan lecturas que parecían pérdidas. Los mitos, es cierto, son una fuente inagotable de aprendizaje y belleza. Y sin su conocimiento, de igual manera que las historias bíblicas, la pintura y la literatura son incomprensibles en sus relatos simbólicos. Siento una inmensa tristeza cuando pienso que esa rica y consoladora tradición está desapareciendo de la escuela. Es una pérdida irreparable. Los niños y los adultos necesitamos que nos cuenten qué nos pasa, qué sentimos. Si Freud acudió a los mitos, sabía bien lo que hacia. Es verdad que nos explican. Y, bueno, al menos, la marca de banqueros ha sido bien original al elegir el nombre.
    Me alegra también lo de la excavación y aunque el sol golpee un poco, compensa leer en el pasado. En una máquina del tiempo, como la de Wells, que me sigue fascinando: tal vez me diera curiosidad dar una vueltecita por el futuro, pero casi seguro que me resultaría incomprensible en parte; sin embargo el pasado..., ese viaje siempre me parece fascinante. La arqueología te permite tocar e interpretar. La literatura comprender. El mundo de los hombres y su historia abierto.... Es el gran relato apasionante. Te entiendo muy bien. Y me alegra mucho que disfrutes.
    Me ha encantado también conocer desde el punto de vista histórico la figura de T. Becket, que conocía por la espléndida película, y por la peregrinación, tan divertida y fresca que enmarcan los Cuentos de Canterbury. Mi gratitud y mi afecto para Antonio Bravo. Agoraben es un portal cultural ameno y vamos a seguir dándole vida.
    Un abrazo,
    Esperanza

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