domingo, 3 de marzo de 2013


REFLEXIONES EN TORNO A UN CUADRO: LA VIRGEN DE TOBED, DE JAUME SERRA 


Francisco Amillo


En enero de 2013 el Museo del Prado ha incorporado  a sus fondos un importante grupo de obras de arte que donaron los coleccionistas José Luis Várez Fisa y Milagros Benegas (puedes ver la información en http://www.museodelprado.es/coleccion/donacion-varez-fisa/jose-luis-varez-fisa/). 



Como en AGORABÉN estamos dedicando una serie de charlas a la pintura, medieval voy a hacer un comentario sobre una de las obras donadas: La Virgen del Tobed, una tabla de estilo italo-gótico. La influencia de la pintura sienesa es evidente en el fondo dorado, la delicadeza de los gestos y sus rostros peculiares. 


Tabla central del retablo de la iglesia de Santa María de Tobed donada al Prado enero de 2013. Con ella se completa el resto del retablo que ya estaba en el Prado.

Fue pintada por Jaume Serra entre 1356 y 1359, aunque también se ha atribuido a Francisco Serra, su hermano mayor fallecido en 1362.  Desconocemos las fechas exactas del nacimiento y muerte de Jaume Serra aunque sí se sabe que actuó como pintor entre 1356 y 1390.
De las doce obras que forman la donación  de José Luis Várez Fisa, esta es la más interesante debido a la escasez de pintura catalana italo-gótica del Prado. 

La Virgen de Tobed presenta un tema muy usual en la Edad Media: la Virgen, con manto azul celeste, rodeada de ángeles mientras amamanta a su hijo. Un tema este, el de las Vírgenes de la Leche, que se mantuvo en vigor hasta que fue prohibido por el Concilio de Trento, que lo consideró irreverente. Una forma de pensar, la de aquellos clérigos tridentinos, que hoy día nos resulta chocante…

Supongo que como estáis acostumbrados a la perfección realista de la pintura flamenca, os llamará la atención las desproporciones entre las figuras (Niño demasiado grande, donantes demasiado pequeños) y los errores anatómicos (pecho de la Virgen en posición inverosímil y cuello demasiado ancho, piernas del Niño en una flexión imposible…). Pero tened en cuenta que esta obra es del siglo anterior y que este estilo gótico es el precursor y el que permitió la aparición posterior del flamenco. La humanidad progresa poco a poco, primero un peldaño y luego otro y otro, hasta llegar al arte actual... que para algunos ya nos es arte.

Pero en mi opinión, todo lo anteriormente escrito no es lo más destacable de la obra. Todos esos elementos aparecen en otras tablas de la época. Lo más interesante es que incluye los retratos de sus donantes, Enrique II (1333-1379) y su esposa Juana Manuel. Este Enrique es el que propició la Primera Guerra Civil Castellana al pretender, y conseguir, sustituir en el trono a su hermano por parte de padre, Pedro I el Cruel (1334-1369).  

Enrique II era hijo de Alfonso XI y de su amante Leonor de Guzmán, con la que tuvo nada menos que diez hijos, todos ilegítimos de acuerdo con las leyes de la época. Pedro I era hijo de la reina María de Portugal, por lo que tenía todos los derechos al trono y fue efectivamente rey. 

Sin embargo Enrique no aceptó esta situación y contrató en Francia un ejército de mercenarios comandado por Beltran Duguesclin. Estas tropas eran las «Compañías blancas» así llamadas por el color de sus banderas. Contó también con la ayuda de tropas de la Corona de Aragón. Al frente de este ejército entró en Castilla en marzo de 1366 y fue proclamado por los suyos rey de Castilla y de León. Sus progresos militares fueron grandes ya que al cabo de veinticinco días buena parte de Castilla estaba en su poder. Faltaban Galicia, Asturias y León.

Pedro I huyó a Portugal, de allí pasó a Galicia, donde se embarcó rumbo a la ciudad francesa de Bayona. En esta ciudad contrató los servicios de Eduardo, Príncipe de Gales, denominado popularmente el Príncipe Negro (1330-1376) por el color de la coraza de su armadura. Por el Pacto de Libourne, Guipúzcoa, Álava y parte de La Rioja serían para Navarra y el Señorío de Vizcaya y la villa de Castro Urdiales para Inglaterra.

Habiendo ganado con estas concesiones el apoyo del rey de Navarra, Pedro y su ejército aliado pasaron por Roncesvalles y entraron en Castilla en 1367. El 3 de abril obtuvieron un triunfo importante en la batalla de Nájera. En ella cayó prisionero Beltrán Duguesclín y Enrique tuvo que huir y refugiarse en Aragón.
Batalla de Nájera, en la que Enrique II fue derrotado, pero no de forma definitiva.

Pedro, creyendo que su situación se había consolidado con esta victoria, llevó a cabo una feroz represión ejecutando a todos los que sospechaba que podían ser sus enemigos. El Príncipe Negro, viendo que el rey no pagaba lo que había prometido, abandonó Castilla en agosto. 

Al conocer la noticia Enrique, que se hallaba en Francia, pasó con un ejército por Aragón y comenzó la recuperación de Castilla, empresa que le ocupó hasta 1369. En ese año, el 14 de marzo, se libró una batalla cerca del castillo de Montiel  que se saldó con la derrotada de Pedro, que se refugió en la fortaleza de dicha localidad. Sitiado en ella por su hermano, entró en tratos con Duguesclín para lograr la fuga. El francés lo condujo con engaños a una tienda en la que se hallaron frente a frente Pedro y Enrique. Se abalanzaron el uno contra el otro y cayeron al suelo, quedando encima Pedro. Según la leyenda Duguesclín dijo: "ni quito ni pongo rey, pero ayudo a mi señor" y puso debajo a Pedro, con lo que Enrique pudo apuñalarlo y proclamarse rey. 

En muchos libros de historia encontrarás que el adjetivo “El Cruel” le fue puesto a Pedro I por el bando vencedor, el de los nobles, que apoyaron a su hermano porque aumentó sus privilegios. Pero para el pueblo, que le llamó “El Justiciero” habría sido un buen rey ya que en las Cortes de Valladolid de 1351 había promulgado unas leyes que promovían el comercio, la artesanía y la seguridad de las personas. Es decir, que esta Guerra Civil Castellana no fue un conflicto dinástico sino un conflicto social en el que la burguesía, partidaria de un sistema económico basado en el desarrollo de la industria y el comercio, fue la gran derrotada. La aristocracia, en cambio, ganó poder frente al rey e impuso un concepto de riqueza basado en la tierra y en los privilegios abusivos de la Mesta. 

Vista así, la victoria nobiliaria fue un fracaso de modernizar la economía castellana, que se redujo al monocultivo de la lana.  Y para más desgracia, esa lana no se elaboraba aquí, sino en Flandes a donde se exportaba. Y desde allí se importaban, más caros, tejidos de lana fina como terciopelos o damascos. Y también se compraban obras de arte y así es cómo el estilo flamenco se introdujo más tarde en España, surgiendo el estilo hispano-flamenco…


Pedro I fue rey de Castilla tras la muerte de su padre en 1350

Volviendo a Pedro I, no voy a discutir todo lo anteriormente expuesto, aunque sólo lo comparto de manera parcial. Voy a insistir en el apelativo de “El Cruel”. Para nuestras tierras, entonces Reino de Valencia, fue efectivamente un rey cruel, sin escrúpulos y arbitrario. Así que para los valencianos lo de Cruel le venía como anillo al dedo. Y lo de “Justiciero” le es aplicable en cuanto que ajustició a muchísimas personas sin garantías jurídicas.
Digo esto en referencia a la GUERRA DE LOS DOS PEDROS, anterior a la guerra civil castellana que acabo de comentar. Fue un conflicto bélico que enfrentó a Pedro I de  Castilla y a Pedro IV de Aragón. Os recomiendo leer mi artículo en el blog HISTOBENIDORM en el que informo sobre esta guerra.  Pincha en este enlace


Tal vez pienses que con tanto hablar de la Historia me he olvidado del cuadro, pero no es así.  
Esta tabla era el panel central del retablo del altar de la Iglesia de Santa María de Tobed (Zaragoza). La iglesia-fortaleza de La Virgen de Tobed es de estilo  gótico-mudéjar y se localiza en el municipio de Tobed (provincia de Zaragoza). Fue construida entre 1356 y 1385. Fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2001.

Es de nave única, con capillas laterales y cubierta con bóveda de cañón apuntado. La cabecera es recta y con tres capillas. Los tramos principales se cubren con bóvedas de crucería mientras que los de separación se cubren con cañón apuntado y apoyan en las torres-contrafuertes. Estas torres le dan carácter defensivo a la iglesia. La decoración exterior es de ladrillo resaltado, formando bandas con motivos geométricos y bandas de azulejos. Se atribuye su diseño y dirección de obra al mudéjar Mahomat Rami, el arquitecto del Papa Benedicto XIII (el Papa Luna de Peñíscola).



Su aspecto externo de fortaleza obedece a que fue construida por la orden militar del Santo Sepulcro de Jerusalén que tenía su sede en Calatayud. Los monjes del Santo Sepulcro decidieron construirla con estas características ante la inminente guerra entre Pedro IV de Aragón y Pedro I de Castilla. Serviría como iglesia y como lugar de defensa, ya que dado su tamaño podrían refugiarse en ella todos los vecinos del pueblo. Y es que, dada la proximidad de la frontera con Castilla, la invasión se veía como algo muy probable. Por eso las obras se iniciaron el mismo año en que comenzó la Guerra de los Dos Pedros. 
La orden del Santo Sepulcro demostró su fidelidad al monarca aragonés ya que mediante un engaño a las tropas castellanas, evitó que el pueblo y el castillo cayeran en manos de Pedro I. Luego éste se vengó saqueando el convento de la Orden en Calatayud. 

Para su altar mayor se encargó al pintor Jaume Serra un retablo y esta tabla era la pieza central. Sus dos puertas, pintadas al temple como retablos independientes estaban dedicados a María Magdalena y a San Juan Bautista, cuyas historias se narran sobre el banco. El conjunto se conservaba repartido entre el Museo del Prado de Madrid, que poseía desde 1965 las dos tablas laterales, y la colección Várez Fisa que poseía la tabla central. Con la donación que acaba de hacerse en este año 2013 el retablo podrá verse completo en el Prado.
Parte izquierda del retablo. Historia  de María Magdalena. En la parte superior,  la Magdalena lava con perfumes los pies de Cristo y los enjuga con sus propias lágrimas y cabellos. A continuación visita de las Santas Mujeres al Sepulcro de Cristo, que encuentran vacío. A la derecha el “Noli me tangere”: la Magdalena es testigo de la primera aparición de Cristo resucitado. La cuarta escena  muerte de la Magdalena y su llevada al cielo por ángeles. En el banc o, oparte inferior del retablo, San Pedro, Santo Domingo y un obispo.


 Historia de  San Juan Bautista. En la parte superior Salomé baila ante Herodes y pide después como premio la cabeza del Bautista. Martirio en  la escena  inferior y finalmente entierro de San Juan realizando un milagro póstumo. En el banco  una santa, San Lorenzo con parrilla y palma de mártir y San Pablo con la espada de su martirio y el libro de sus Epístolas. 

Enrique II patrocinó el retablo porque necesitaba el apoyo de la Corona de Aragón, y este mecenazgo artístico era una muestra de buena voluntad y solicitud de ayuda militar. Por eso Enrique II, iniciador de la dinastía Trastamara, y su esposa aparecen pintados como reyes:  llevan corona y en la parte superior derecha aparece el escudo del reino de  Castilla-León. Era una declaración de intenciones ya que Enrique no sería rey de facto hasta 1369, el año en que mató a su hermano Pedro.  



No hay comentarios:

Publicar un comentario