Pieter Brueghel el Viejo (1525- 1569)
Queridos amigos de Agorabén: hoy hemos tenido la última charla de Historia del Arte de este curso, basado en los pintores denominados "primitivos flamencos". Ha versado sobre un personje que, aunque poco conocido por el gran público, es una de las grandes figuras de esta escuela y su último representante.
A continuación tenéis un resumen de la charla y al final se incluye el powerpoint que la ha ilustrado. Espero que sean de vuestro agrado.
Francisco Amillo.
Pieter Brueghel el Viejo, (también escrito Bruegel ya que desde 1559 firmó de esa manera, y Breugel), nació hacia 1525 y murió en Bruselas, entre el 5 y el 9 de septiembre de 1569. Fue un pintor y grabador, fundador de una dinastía de pintores, el pintor holandés más importante del siglo XVI y una de las grandes figuras de la pintura flamenca junto a Van Eyck y el Bosco.
El Bosco representa el final de la Edad Media, es el último "primitivo" puro. Brueghel nació en un siglo que inició una nueva etapa artística, el Renacimiento, caracterizada por una nueva forma de ver el hombre y el mundo. Brueghel participó en esta visión “más moderna”, aunque el peso de la riquísima tradición de los primitivos flamencos también está presente en su obra. Brueghel se formó dentro de la escuela flamenca pero acabó rompiendo con sus predecesores. Tampoco aceptó ciegamente la pintura italiana del siglo XVI, dominada por las idealizaciones del Manierismo, ya que su fuerte realismo era incompatible con ellas. Por eso acabó superando ambas tendencias. La unidad de sus composiciones, su talento narrativo y su interés por los «géneros menores» hacen de él un artista difícil de clasificar en la historia del arte.
Su etapa inicial es poco conocida. No sabemos dónde nació. Algunos autores han afirmado que fue en el pueblo cuyo nombre tomó para transmitirlo a sus descendientes. Sin embargo, había dos localidades con el nombre de Brueghel o Brogel, una en el Brabante Septentrional a unos 55 km de Breda, y otra, que era doble, Grote Brogel y Kleine Brogel (Gran Brueghel y Pequeño Brueghel) que estaba situada en la actual Bélgica.
La fecha de nacimiento también es problemática. Fue admitido en el gremio de San Lucas de Amberes en 1551 lo que permite deducir que tendría entre 21 y 25 años. Por eso se suele situar su fecha de nacimiento entre 1525 y 1530. Sabemos que murió en 1569 y se supone que no habría cumplido los 45 años ya que en su época se dijo que había fallecido medio aetatis flore (en la flor de la vida).
Siguiendo el sistema de aprendizaje habitual en su época ingresó como aprendiz en el taller de Pieter Coecke van Aelst, pintor y arquitecto, con cuya hija Mayke terminaría casándose. Fue un hombre con buena formación cultural que, como veremos enseguida, conoció a estudiosos y científicos de su país.
Entre 1551 y 1553 viajó por Francia e Italia donde no prestó atención a la arquitectura y escultura romanas, que tanto atraían a otros artistas que deseaban incorporar las novedades del Renacimiento. Tampoco prestó demasiada atención a los espacios irreales del manierismo. Él se decantó por el paisaje.
En Roma pudo trabajar con el miniaturista Giulio Clovio, artista que más tarde también estaría en contacto con el Greco. Permaneció una temporada en el taller de un maestro siciliano. Algunos de los cuadros que ilustran este viaje son "Combate en el puerto de Nápoles", "La caída de Ícaro" y "El suicidio de Saúl". Destacan también algunos dibujos, sobre todo los realizados al atravesar los Alpes.
Entre 1555 y 1563 se estableció en Amberes, donde trabajó para el editor Hieronymus Cock, haciendo dibujos para una serie de grabados. Allí frecuentó un círculo de artistas y eruditos humanistas como el mecenas Nicolas Jonghelinck que tenía dieciséis de sus obras. Se sabe que fue amigo del cartógrafo Abraham Ortelio, quien escribió algunas conmovedoras líneas en su memoria.
En 1562, a petición de su futura suegra, se trasladó a Bruselas, al barrio de Marolles. Al año siguiente se casó en la iglesia de Nuestra Señora de la Capilla con Mayken Coecke.
En 1564 nació su primer hijo, que después fue un pintor famoso conocido como Pieter Brueghel el Joven. Su segundo hijo, Jan Brueghel el Viejo, también llamado Brueghel de Velours, nació en 1568. Pero ninguno de los dos pudo aprender con él su oficio de pintor ya que falleció cuando ambos eran niños. Sin embargo fueron también artistas y crearon una dinastía de pintores. Jan Brueghel el Viejo fue padre de Jan Brueghel el Joven y abuelo de Abraham Brueghel.
En el siglo XVI la difusión de las nuevas ideas de los reformadores protestantes alteró la situación política y religiosa en Flandes. La paz que había reinado en siglos anteriores se deterioró en pocos años. Como dependían de la monarquía de Felipe II, defensor a ultranza del catolicismo, el duque de Alba inició una sangrienta campaña de represión contra los protestantes sublevados.
Sin embargo la situación de Brueghel el Viejo en estos tiempos tormentosos no fue mala ya que gozó de la protección Granvela, persona de confianza de Felipe II, presidente del Consejo de Estado de los Países Bajos y coleccionista de sus obras. Esto no concuerda con la oposición al gobierno de Felipe II, que algunos autores dicen que muestra en sus dibujos. Tampoco concuerda con la dura visión histórica sobre la opresión del protestantismo de Flandes por el catolicismo español que presenta el film de Lech Majewski titulado “El molino y la cruz” (año 2011), una recreación del cuadro del mismo título de Brueghel.
La verdad es que desconocemos su pensamiento real porque se sabe muy poco de su personalidad aparte de estas pocas líneas de Carel van Mander: “Era un hombre tranquilo, sabio y discreto, pero en compañía, era divertido y le gustaba asustar a la gente o sus aprendices con historias de fantasmas y cientos de otras diabluras”. Si en el ámbito privado podía bromear, en la vida pública, dada la complejidad de la situación socio-religiosa que le tocó vivir, lo prudente era mantener silencio…
Brueghel murió en Bruselas en septiembre de 1569 y fue enterrado en la iglesia de Nuestra Señora de la Capilla en Bruselas. Tendría 44 años o tal vez menos.
EL ESTILO DE PIETER BRUEGHEL
Brueghel encontró en la naturaleza su mayor inspiración y por eso un género suyo muy conocido son sus paisajes. La novedad es que los pintó por sí mismos, no como telón de fondo de escenas religiosas tal como habían hecho sus predecesores flamencos. Se caracterizan por una amplia panorámica vista desde lo alto, lo que se aprecia en obras como “Combate naval en el puerto de Nápoles”, “Camino del Calvario” o la serie de las Estaciones.
A menudo creaba una historia combinando varias escenas en una sola pintura, tal como puede apreciarse en algunos de sus paisajes de invierno como “Los cazadores en la nieve” o “Censo en Belén”, que corroboran la dureza de los inviernos de esa época. Esta tendencia le venía desde sus inicios: ya hemos visto que en su viaje a Italia, dibujó numerosos paisajes de los Alpes.
Hay algunas obras de Brueghel que enlazan con el Bosco ya que representan temas apocalípticos. En esta línea pintó “Caída de los ángeles rebeldes”, “Dulle Griet” o “El triunfo de la muerte”. En “Los Proverbios flamencos” o en el “Combate entre Don Carnal y Doña Cuaresma” también sigue la tradición flamenca ya que presentan la característica de agrupar numerosísimas escenas en un solo cuadro aunque aquí el tema, aunque sigue siendo moralizante, es más bien jocoso. “La parábola de los ciegos” y “El país de Jauja” están también dentro de esta intención moralizante, representando los defectos del ser humano. Así, “La parábola de los ciegos” representaría la necedad del mundo, mientras que “El país de Jauja” representaría lo efímero de los bienes materiales.
Brueghel destacó en las escenas populares y de campesinos, a menudo con un gran elemento paisajístico. Ejemplos son: “Juegos de niños”, “El banquete de bodas” y “Danza de campesinos”. En este género popular destacan sus retratos de la vida rural. Buscando conocer la realidad social de primera mano, asistía a bodas y celebraciones populares. Para ello se vestía como un campesino y observaba los detalles de su comportamiento que luego reflejaba en sus pinturas de género. Van Mander cuenta: “Le encantaba observar las costumbres de los campesinos, sus modales en la mesa, bailes, juegos, formas de cortejo, […] que el pintor supo reproducir, con gran sensibilidad y humor, con el color, tanto a la acuarela como al óleo, siendo muy versado en las dos técnicas. Conocía bien el carácter de los campesinos y campesinas de Kempen y de sus alrededores. Sabía cómo se visten al natural y pintar sus gestos groseros cuando bailaban, caminaban o se quedaban en pie mientras se dedicaban a tareas diferentes. Dibujaba con convicción extraordinaria y dominaba particularmente bien el dibujo a pluma.”
Incluso algunas escenas religiosas de Brueghel se sitúan en su mayor parte dentro de un ambiente popular, con una la plaza pública repleta de gente que ocupa más espacio que el tema, tal como hace en “El empadronamiento de Belén”. En el siglo XVI la calle y la plaza eran los lugares de encuentro y entretenimiento: los juegos, el carnaval, las procesiones, las fiestas…
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