sábado, 4 de mayo de 2013


Un cuadro para el día de la madre: “Amor de madre” de Muñoz Degrain.



Francisco Amillo Alegre


Queridos amigos de AGORABEN: la publicidad se ha encargado de recordarme que mañana, primer domingo de mayo, celebraremos el “Día de la Madre”. Aunque la finalidad comercial de esta fiesta es evidente, tampoco es mala idea recordar el cariño y la abnegación de las madres, o al menos de la inmensa mayoría de ellas. Los que, como Pepa y yo, la hemos perdido recientemente, somos más sensibles a este recuerdo.

Este amor desinteresado me ha recordado un cuadro que vi el año pasado en mi última visita al museo de San Pio V de Valencia.  El tema del sacrificio maternal llevado al límite está admirablemente descrito en esa obra, titulada “Amor de madre”.  Su autor fue el valenciano Muñoz Degrain  y es un magnífico homenaje a todas las madres.




Fue pintado entre 1912 y 1913, es un óleo sobre lienzo de buen tamaño, 204 x 160.5 cm. Fue donado por el autor al Museo de Bellas Artes de Valencia  en 1913.

Como veis el cuadro es impresionante. Las inundaciones y riadas han sido una característica de la zona mediterránea desde hace milenios, y con frecuencia han tenido trágicas consecuencias. Aquí vemos una de ellas: el nivel del agua está subiendo y la casa, una barraca valenciana, ya no es un lugar seguro. La mujer intenta salvar a su hijo aunque ello implique perder su vida. El niño es su única preocupación. Pero unas aguas turbias y agitadas la arrastrarán inexorablemente… ¿Sirvió para algo este sacrificio? El autor no dio ninguna respuesta así que los espectadores deberemos dar la nuestra. 
Como contrapunto a ese dramatismo, la belleza de la naturaleza con árboles en flor y doradas naranjas sobresaliendo indemnes de la riada… La vida seguirá a pesar de esta tragedia individual.


Y después de esta inquietante obra supongo que tendréis curiosidad por saber algo sobre su autor. A continuación os incluyo un resumen de su biografía y algunas de sus obras. Teniendo en cuenta el día que es, me centraré sobre todo en las que tienen como protagonista a la mujer. Veremos que Muñoz Degrain representa el ideal de mujer que tenían los hombres  del siglo XIX, que no se corresponde con el que las mujeres actuales reivindican…


Antonio Muñoz Degraín (1840-1924) es un autor de difícil clasificación por su estilo personal. Cultivó varios géneros, aunque destacó en la pintura histórica, tema muy de moda en su época, y en el paisaje, otro tema también de gran aceptación. En general sus cuadros destacan por un luminismo muy acusado, con lo que a veces se aproxima al estilo de su paisano Sorolla. Por su pincelada suelta y cargada de color algunos lo han calificado como próximo al Impresionismo, pero en realidad no es impresionista, difiere de ese estilo en varios aspectos...


Autorretrato
Había nacido en Valencia en 1840. En esta ciudad, por imposición de su padre, empezó a estudiar arquitectura. Pero él no estaba a gusto con esta carrera y la abandonó para seguir su verdadera vocación: la pintura. 
Inició su formación artística en la Academia San Carlos de su ciudad natal. Tras la Academia, la formación de un pintor requería, en aquella época, una estancia en Italia, la cuna de los grandes genios. En 1856  (tenía 16 años) viajó por su cuenta. Tuvo que soportar muchas estrecheces económicas, por lo que regresó pronto a España. 

Lavandera. Alrededores de Valencia, h. 1859.  24.6 x 52.8 cm. Museo de Bellas Artes de Valencia. El duro trabajo de las mujeres humildes está representado de forma natural, sin dramatismos, como formando parte del orden natural de la sociedad.


Para darse a conocer como pintor participó asiduamente en las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes de 1862 a 1915. El éxito en estos certámenes marcó su  trayectoria artística ya que le proporcionó numerosos encargos. Recibió una mención honorífica en 1862, una tercera medalla en 1864 por su Vista del valle de la Murta (Alcira). Además, obtuvo un segundo premio en 1867 por su Paisaje de El Pardo, al disiparse la niebla, magnífico estudio de la luz tenue y grisácea en el paisaje y en los reflejos del agua.  


Paisaje de El Pardo al disiparse la niebla, 1866. 200 cm x 300 cm. Museo del Prado. Contrariamente a la tradición paisajística francesa, basada en la pintura al aire libre cuyo máximo exponente fueron los impresionistas, Muñoz Degrain pintaba el paisaje en el taller, de memoria y sin utilizar boceto. El agua aparece en muchos de sus cuadros, pero es un elemento secundario, un pretexto lumínico por sus brillos y reflejos. Sólo en el de “Amor de madre” es verdadera protagonista…



También obtuvo un segundo premio en 1871 por su obra La oración
La oración o Monjas en oración, 1871. Museo del Prado. Otra faceta tradicional de la mujer: el convento. El matrimonio y la maternidad eran,  según un tópico tradicional de la época, el destino natural de la mujer. La que no conseguía ese objetivo debía ingresar en un convento. 


Pero el cambio más decisivo fue el encargo, en 1870, para decorar el Teatro Cervantes de Málaga. La ciudad andaluza se convertiría  en su residencia definitiva y en su ciudad de adopción. Allí se casó y fue profesor supernumerario de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo en 1879. Formó a varias generaciones de artistas, entre ellos al jovencísimo Picasso, quien le mostraría siempre afecto y respeto. Sin embargo Muñoz Degrain nunca entendió el estilo tan avanzado de Picasso...

Su cuadro Otelo y Desdémona ganó la primera medalla en el certamen de 1881 y le sirvió para obtener una pensión del Gobierno para viajar a Italia, visitando la Toscana y Venecia. 


Otelo y Desdémona, 1881. Museu do Chiado, Lisboa.  Los celos han sido una importante fuente de inspiración literaria (Shakespeare, “Otelo, el Moro de Venecia”), musical (la ópera “Otello” de Verdi) y pictórica. El boceto de esta obra se conserva en el Museo de Bellas Artes de Valencia.

Desdémona, 1887. 207 x 275 cm. Museo del Prado. La influencia del colorido veneciano está presente en esta segunda versión del mismo tema. Pero aquí el único protagonista es el dolor que los celos injustificados de Otelo provocan en Desdémona.



Durante su estancia italiana pintó también  Los amantes de Teruel, una de las piezas capitales de la pintura española del siglo XIX, que el pintor envió desde Roma a la Exposición de Bellas Artes de 1884, obteniendo de nuevo la primera medalla.


Los amantes de Teruel, 1884. 330 x 516 cm. Museo del Prado.
Esta leyenda romántica del siglo XIX tenía todos los ingredientes para ser un tema muy apreciado por el público y por tanto muy apropiado para un concurso. Pero la calidad técnica de su ejecución lo convierte en una gran pintura. Como es habitual en Muñoz Degrain su forma de tratar la luz, con pequeñas pinceladas, consigue un brillo deslumbrante. La composición, ordenada según la gradación lumínica, es también muy efectiva y compensa con creces el romanticismo sensiblero del tema. Destaca el cirio caído en el suelo y todavía humeante, símbolo del trágico y repentino final de la historia.


Su prestigio siguió creciendo y obtuvo numerosos honores: caballero de la orden de Isabel la Católica, de Carlos III y de Alfonso XII y medalla de honor de la Exposición Nacional de 1910. 
En 1898 obtuvo la cátedra de Paisaje de la Academia de San Fernando de Madrid, de la que fue miembro al año siguiente y director de 1901 a 1912, siendo asimismo presidente del Círculo de Bellas Artes de Madrid. 

También alcanzó reconocimiento internacional ya que presentó cuadros en exposiciones Universales de Filadelfia (1876), Múnich (1883) y Chicago (1893). 

Artista de gran generosidad, en 1913, ya en su vejez, hizo importantes donaciones de obras suyas y de otros autores a los museos de Valencia y Málaga, sus dos ciudades más queridas.(puedes ver estas obras en http://www.cult.gva.es/mbav/data/es06087.htm  y en http://ceres.mcu.es/pages/Main) 
También donó un espectacular conjunto de cuadros sobre temas del Quijote a la Biblioteca Nacional de Madrid.


OTRAS OBRAS DESTACABLES:


Antes de la boda, 1882. 119 x 93 cm. El Prado. En esta obra analiza el estado anímico de Isabel de Segura, protagonista de la leyenda y del cuadro “Los amantes de Teruel” que ya hemos visto. La joven acepta resignadamente casarse con don Rodrigo de Azara, el novio elegido por su padre. Su resignación no evita la tristeza que le supone no poder casarse con su verdadero amor, Diego de Marsilla.
El autor representa con detalle la figura de Isabel mientras que el fondo apenas está insinuado. De esa manera el espectador se siente atraído por la profunda tristeza que emana del rostro de la protagonista. Se aprecia la influencia de la pintura veneciana del siglo XVI porque el dibujo lineal es menos importante que el colorido, que es el verdadero protagonista del cuadro. Colores brillantes, sobre todo en el vestido de Isabel. Observado de cerca vemos que el efecto de blancura es en realidad la combinación de numerosos colores.



Ofelia en el bosque. El personaje literario de Ofelia fue creado William Shakespeare como noble dama danesa, prometida de Hamlet. Enloqueció cuando Hamlet mató a su padre; al subir a un sauce, la rama se rompió y cayó en un arroyo ahogándose. Su drama fue fuente de inspiración para numerosos pintores, como John Everett Millais, John William Waterhouse o Alexandre Cabanel. Muñoz Degrain nos la representa, ya loca, recogiendo flores en el bosque junto al arroyo que será su tumba. Como es habitual en este autor, cuentan más los efectos de luces, sombras y colores que el tema, que se pierde en la penumbra de un sotobosque de gran belleza.



Crepúsculo en Magdala, 1902. 135,4 x 200,5 cm. Museo de Bellas Artes. Valencia.  Muñoz Degrain viajó por el Próximo Oriente y el resultado fueron una serie de lienzos (Las grutas de los profetas de Jerusalén, Espigadoras de Jericó, Vado del Jordán, etc.) y también este cuadro. La figura de María Magdalena es sólo un pretexto para introducir este paisaje de Tierra Santa, que como la mayoría de los de este autor, son imaginarios, construidos con sus recuerdos. Además nos la representa como mujer arrepentida y dispuesta a sufrir las consecuencias de su pecado.



La Magdalena contemplando a Jesús, 1909-1910. 132 x 87,3 cm. Museo de Bellas Artes de Valencia. El convento no era la única salida de la mujer que no se casaba. También estaba la prostitución, una solución despreciada, propia de las mujeres de clase humilde. Aunque, como María Magdalena, siempre tienen abierta la puerta a una vida respetable si se arrepienten de su anterior vida lujuriosa… 


Pitonisa, estudio. Otra actividad que durante siglos fue típica de las mujeres: la adivinación del futuro. Con técnicas muy diversas (lectura de las rayas de la mano, cartas, posos de café, etc.) y con nombres muy diversos (adivinas, pitonisas, meigas, etc.) muchas mujeres se ganaban la vida aprovechándose de la credulidad de las gentes y su necesidad de conocer el futuro… 


Panorama de Aragón, 1912. Museo de Málaga. De nuevo el paisaje como protagonista principal. Un día claro y soleado en primer plano y con suave bruma en los planos del fondo. En el centro un barranco con charcas refleja el cielo. Contraste cromático entre los amarillos y verdes de los primeros planos y los tonos violáceos del resto.  
Las figuras humanas, un pastor de lado y una mujer de espaldas, se diluyen en este paisaje. El vestido blanco de la mujer es en realidad una variadísima gama de malvas. En el tratamiento de la mujer hay un elemento nuevo: ya no es la visión tópica de los diversos estereotipos femeninos de la época. Ahora es la mujer burguesa que admira el paisaje y se interesa por los corderos recién nacidos, algo más próximo a nuestra sensibilidad.

Espigadoras de Jericó, 1910. Con este cuadro obtuvo una medalla de honor en el certamen de 1910. Era costumbre que después de segar los campos las mujeres recogiesen las espigas perdidas por los segadores. Se trataba de una forma de subsistir, no de ganarse la vida. Es un tema que ya habían tratado de forma realista autores como Millet o Léon Augustin L'hermitte. Pero como es habitual en los paisajes de Muñoz Degrain, aquí tenemos una visión idealizada e idílica de lo que en realidad era una vida muy dura. Sin embargo el cuadro es de una gran belleza, con el colorido y la luminosidad típicos del autor.






6 comentarios:


  1. Voy a ser pesada y seguir comentando. No conocía a este pintor. Pero me parece muy interesante lo que tiene este tipo de pintura de fresco social, de retrato de una sociedad, y que tiene paralelismo con la literatura realista, la novela del siglo XIX. Especialmente vale la pena adentrase en ese mirada sobre el universo femenino. Entendemos de donde venimos leyendo y viendo pintura. Un pintor que refleja el mundo de la burguesía en clave femenina es Alfred Steven. La Regenta, Madame Bovary, Ana Karenina (se ha vuelto a llevar al cine de manera original este mismo año) nos harán apreciar lo que hemos logrado las mujeres en el siglo XX. Pero esa conciencia empieza con estas miradas a una realidad psicológica que nunca había ocupado un plano central.
    Esperanza

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  2. Para los que escribimos un blog, los comentarios son siempre bienvenidos, sobre todo si son interesantes como los tuyos. Así que, Esperanza, sigue siendo pesada y sigue comentando. Muchos te lo agradeceremos.
    Muñoz Degrain fue un pintor reconocido en su época. Después, como no era exactamente impresionista, quedó un tanto desprestigiado, igual que Sorolla. Pero hoy día que hemos visto que el luminismo es una característica común a un grupo de pintores de esa época, se ha cambiado de opinión y Sorolla y Muñoz Degrain se han revalorizado.
    Os voy a contar una anécdota. Muñoz Degrain tiene un cuadro titulado "Rinconete y Cortadillo" inspirado en los dos pícaros de la obra de Cervantes. Pero sólo hay un pícaro en ese cuadro, Rinconcete. Se cuenta que después de pintarlo andaba buscando un golfillo como modelo para el segundo pícaro. Vio un gitanillo, se acercó a él, le cogió la cabeza, la miró por todos los lados y exclamó: ¡Qué cabeza para Cortadillo! El gitanillo, que no conocía a Cervantes, salió disparado pensando que quería hacer picadillo con su cabeza. Y el cuadro se quedó a medias... Así lo he leído. Si non è vero, è ben trobato.

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  3. Me gusta leer los comentarios sobre los pintores ... y otros temas. no deje de escribir sus blogs. gracias

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  4. Gracias por sus amables palabras y por estimularme a seguir escribiendo

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  5. Un gran pintor relegado en el Museo San Pío V durante años hasta q por fin se han sacado sus obras de los peines d depósito

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  6. Un gran pintor relegado en el Museo San Pío V durante años hasta q por fin se han sacado sus obras de los peines d depósito

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